23/5/15

Relájate y te quedarás embarazada

Cuando empezamos con la búsqueda del embarazo, me sorprendió bastante encontrar en diferentes foros testimonios de mujeres que aconsejaban a sus compañeras relajarse para quedar embarazadas. "Yo me quedé cuando menos lo esperaba, el mes que no me hice ni tests de ovulación ni temperatura ni nada". "Yo no sé cuánto tiempo llevaba intentándolo porque no lo contaba para  no obsesionarme". "Si te agobias es peor". Y así.

Luego acudí a mi doctora de cabecera, a quien tengo en alta estima porque logró dar con la solución a otros problemas de salud que me acuciaban, no relacionados con la reproducción. Y cuando le dije que quería buscar un bebé, después de darme su explicación sobre el periodo fértil, me dijo algo similar: "Pero lo mejor es que no te obsesiones y tengas una vida sexual saludable". Claro, claro.

Sin duda quien más me sorprendió que me lo dijera fue una persona de mi entorno familiar más cercano, que había tenido que recurrir a una inseminación artificial para su primer embarazo. "Tú no te preocupes que ya verás como llega cuando menos te lo esperes". Sé que me quiere y que lo dijo con buena intención, supongo que para quitarle importancia al asunto y evitarme sufrimiento. Por eso no le dije nada, igual que a mi doctora. Pero en realidad las dos sabíamos que si ella no se hubiera preocupado en su momento, no habría puesto en marcha los mecanismos necesarios para que le hicieran esa fiv gracias a la cual hoy tiene un hijo precioso.

Todas aquellas parejas que dicen que se han quedado cuando menos lo esperaban, en realidad no están diciendo nada. No dicen cuánto tardaron en quedarse desde que "dejaron de esperarlo". Lo único que consiguieron fue que, por no pensar en ello, el tiempo se les hiciera más corto. Pero tal vez lo habrían conseguido antes si se hubieran preocupado. O no. Ya nunca lo sabrán. Aquellas que no llevan la cuenta de cuánto tiempo hace que lo intentan están perdiendo la oportunidad de poner medios para conseguir ese embarazo que no llega, porque recordemos que en España tras un año de búsqueda puedes acudir a tu doctor para que comprueben si está todo ok, seis meses para mujeres mayores de 35.

Hoy escribo esto embarazada de cinco semanas, que no es ná, y aún pueden pasar muchas cosas, pero embarazada al fin y al cabo. Y lo he conseguido en el quinto mes de intentarlo, que tampoco será ná para mucha gente, pero que a mí se me ha hecho una eternidad. Y no ha sido porque dejara de pensar en ello, porque pensaba en ello igual que desde el principio. Ha sido porque el azar así lo ha querido, porque admitamos que en esto el azar juega un papel muy importante. Pero también porque yo me he ocupado de que se dieran las condiciones necesarias por si acaso el destino decidía sernos favorable, conociendo mi cuerpo y las reglas del juego.
 
Así pues, por la presente, DENUNCIO la obsesión de los demás con que no nos obsesionemos, y REIVINDICO el derecho de los futuros padres a preocuparse por conocer cómo funciona el asunto más importante que se van a traer entre manos en toda su vida. Que una mujer quiera medir su temperatura todas las mañanas, o esté dispuesta a hacer pis en un vasito durante una semana para saber cuándo ovula no implica que esté obsesionada, significa que se preocupa por conocer su cuerpo para saber cómo actuar. Que os pongáis un poco tristes cuando mes tras mes doña menstruación llama a la puerta no significa que estéis obsesionados con el tema, demuestra que tenéis un objetivo y os frustra no conseguirlo.

Y como este tocho me ha quedado muy serio, os pongo unas fotos de gatitos para compensar ;-)





Suerte a todos los #buscadores.

22/5/15

Cambios en la pareja ante la búsqueda de embarazo

Tal vez no lo esperabas, pero se dan ciertos cambios en la pareja ante la búsqueda de embarazo. O al menos a nosotros nos ha pasado.

Para empezar, como ya contaba aquí, los encuentros ya no son sólo espontáneos, sino también programados. Hay que buscar el mejor momento para la emboscada.

Además, la regla deja de ser un tabú. Si antes era algo que casi pasaba desapercibido, ahora entraréis en todo lujo de detalles:
- Me ha bajado la regla.
- ¿Estás segura?¿Mucho?
- Bueno... aún estoy manchando poco...
- Entonces puede ser sangrado de implantación, ¿no?

Y sabéis qué es el sangrado de implantación porque os habéis vuelto expertos en concepción. En la teoría, claro, porque en la práctica no alcanzáis los resultados esperados. Por eso seguís leyendo y leyendo información, porque la información es poder y sólo así podréis actuar en consecuencia, aunque a veces tanta información pueda generar... tensiones :-)



11/3/15

Sexual Healing

"Hay que ver lo rápido que se queda embarazada una novia, y lo que cuesta dejar embarazada a tu mujer"
- Andreu Buenafuente

Así es amigos. Cuando en tus planes no está aumentar la familia, lo tienes claro: protección en cada encuentro, sin excepciones. No vaya a ser que se escape algún soldadito despistado y ¡zas! Así que cuando te decides a empezar la búsqueda, sabes muy bien lo que tienes que hacer: adiós protección, ¡hola, bombo! En la mayoría de los casos, nada más lejos de la realidad. 

Tras el primer mes de prácticas sin resultados, empiezas a cuestionarte si no estarás haciendo algo mal. Es entonces cuando comienzas tu Máster en Concepción por la Universidad de Guguel, y descubres lo que tal vez te enseñaron en el cole pero que en ese momento te importaba cero: que el óvulo sólo sobrevive de 12 a 24 horas, y los espermatozoides, poco más. Así que para lograr el éxito sólo puedes hacer dos cosas: saber cuándo va a aparecer ese óvulo, y... ¡tenderle una emboscada!

Primer escollo con el que te encuentras: conocer el momento de la ovulación. Lo más común es oir que se ovula a mitad de ciclo. Pero en varios sitios he leído que se ovula 14 días antes del siguiente ciclo, lo que equivale a mitad de ciclo para el not-so-standard de 28 días. Como lo habitual es que tus ciclos varíen de un mes a otro, sólo puedes hacer una estimación de en qué margen de días es posible que la ovulación se produzca. Vamos, que es como un repartidor: sabes más o menos cuándo llegará, pero nunca tienes la certeza... y al final siempre te pilla fuera de casa.

En otra ocasión me detendré más sobre esa búsqueda del óvulo perdido, hoy me siento noventera y quiero entonar aquello del let's talk about sex, baby...

Y es que, cuando comienzas a urdir tu plan para que ovulito y espermatozoide se fusionen a lo Son Goku y Vegeta, te das cuenta de que el gameto femenino es muy caprichoso, y en lugar de visitarte en fin de semana, como las personas de bien, cuando estás más descansado, jovial y con ganas de fiesta, decide pasarse, qué te digo yo, ¡un martes!, después de un largo día en el trabajo, que se completa con la clase de pilates, preparar la comida del día siguiente, recoger un poco la casa o al pelusón del pasillo tendrás que escolarizarlo, cenar, y ya si puedes, descansar 5 minutos. Hay que tener mucho empuje para, después de todo eso, sacar ganas para achucharse un poco.

Es en estos momentos cuando hay que recurrir a la artillería pesada. Señoras, vistan su lencería más osada. Caballeros, tonifiquen sus hercúleos pectorales. Preparen una lista en Spotify. Destierren de su cabeza los "ahora no puedo", mejor no piensen en nada y déjense llevar. El sexo es como las pipas, es empezar a comer y no poder parar. Y sobre todo, no olviden tomárselo con humor. Estoy convencida de que darle al play y que sonara Sexual Healing de Marvin Gaye fue la chispa definitiva para nuestra última sesión de amor.

Get up, Get up, Get up, Get up, let's make love tonight...



2/3/15

La decisión de ser padres

Cuando era canija y pensaba en el futuro me imaginaba que todas las decisiones importantes de mi vida irían acompañadas de una escenografía digna de la mejor película romántica. Una casa en la playa, al atardecer, yo apoyada en la barandilla de la impresionante terraza, la melena ondeando al viento, un ligero vestido de seda que revolotea alrededor de mi perfectamente proporcionado cuerpo. Mi marido entra en escena, me abraza por la espalda, besa mi mejilla, y mientras mira al mismo punto del horizonte que yo, susurra en mi oído las palabras que tanto he anhelado:

- Catherine, tengamos un hijo.
- ¡Oh, Patrick, soy tan feliz!

Luego crecí y me di cuenta de que, aunque hay ocasiones en que la realidad supera de lejos la ficción,  la mayoría de las veces todo llega en pequeñas dosis, en forma de indirectas que vuelan de un lado a otro, de supuestos hipotéticos para tantear al contrario. Y así, estando una noche cenando al lado de casa, mientras me peleaba con los palillos por cazar el último maki ebi del plato, mi santo Boquerón me espetó:

- Pues igual deberíamos ponernos a ello. A buscar un bebito, digo.

¡Alah, y me lo suelta así, tan normal! ¡Como el que dice "pásame la soja"! Me emocioné tanto (no en plan lágrimas, no, ¡en plan ansias!) que tuvimos que establecer un periodo de reflexión sobre el tema, porque él ya me veía comprando la cuna, eligiendo colegio y repartiendo la herencia. Pero la culpa fue suya, por soltármelo así...

Superado el shock inicial, hablamos tranquilamente sobre ello, y llegamos a la conclusión de que sí, de que nos embarcaríamos en esta loca aventura.

Esto fue hace ya unos meses, y aquí seguimos, buscando ese embarazo que, cuando no lo quieres parece que puede suceder con sólo un achuchón, y cuando lo estás esperando resulta que es más escurridizo que el euromillón. Pero eso, señores, es tema para un próximo post :-)